jueves, 29 de enero de 2009

Si pudiera tan solo regresar un momento.

Ya hace mucho tiempo que has partido hermana mía. Fuiste de viaje y encontraste la eternidad al llegar. Que caro pagaste el boleto de ida. Yo no tengo más que una foto arrugada de tu imagen y tu aroma a infancia que aún perdura cercano a mi pecho para convertirse en consuelo cuando una lágrima recorre mi cara. Partiste en busca de sueños y solo nos queda una espera con sabor amargo, solo un oso de peluche gastado por el tiempo sobre una cama sin tender descansa. Trata de hacernos recordar con una cruda realidad, que ya no estás. Si supieras como ha cambiado todo, que se te extraña, que una madre aprendió contigo el luchar y el acostumbrarse a vivir con un dolor más grande que la tristeza, si de algo estoy segura es que algún día nos volveremos a encontrar para sentarnos sobre las nubes y contarnos anécdotas de tiempos que no has vivido pero has compartido con nosotros a la distancia. Sigo mojándome la cara, sentada esperando en una parada de colectivo para verte llegar, el destino me robó tu abrazo. Te quedaste en la etapa más feliz de la vida y eso nos da tranquilidad, saber que llegaste a formar parte de nuestra vida y que tu huellas sean las que seguiremos para recordarte cada día. Hermana como mentirte sino digiera que daría mi vida por verte de nuevo, que mi alma te necesita, que siempre en cada evento importante se te recuerda, cada juguete descolorido descansa en una casa abandonada, allí dejamos parte del dolor y decidimos mudar solo recuerdos felices…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario