viernes, 4 de marzo de 2011

Mundos dentro de mundos en cada cuadra.

Hoy desperté en una ciudad desconocida, furiosa y triste. Queda de paso hacia un lugar que ya no existe. Con todo lo que tengo me aferro a lo que sea al ruido de una feria, la ropa en la azotea, la puerta de una iglesia, esquinas parecidas, la luz de las estrellas, distantes y distintas, buscando el lado amable del mapa más ajeno, la plaza impronunciable, el árbol extranjero, me trepo hasta su copa, de nombre en otro idioma, creyendo en tu jardines y tu jardín asoma. Siempre que escapo, mi ciudad me está esperando, sólo me pide que al volver, vuelva cantando. Si mi destino fue nacer en tus esquinas a cada esquina he de volver, cantando he de volver.

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